domingo, 13 de julio de 2014

¿Cómo pueden los abogados contribuir a la restitución de obra de arte expoliada?

Nunca apoyaría reabrir heridas de guerra pero, habiendo transcurrido cerca de setenta años desde el fin de la II Guerra Mundial y habiéndose cerrado los temas vitales, considero que se puede tratar sin dolor la restitución de la obra de arte confiscada por los nazis.

El expolio practicado fue extenso y sobre obras de arte, en su momento consideradas "arte degenerado" y que hoy sin duda son de muy significativo valor, incluyendo de los grandes artistas de arte moderno de la época, tales como Pablo Picasso, Marc Chagall, Henri Matisse o Emil Nolde. 


Por todo ello, en 1998 se suscribieron los Principios de la Conferencia de Washington sobre arte confiscado por nazis, no de manera vinculante al incluir distintas legislaciones entre sus miembros, pero sí con la clara voluntad de investigar y llegar a acuerdos justos sobre obras del expolio nazi.

La realidad práctica de dicho acuerdo es que hay países que no investigan o que no devuelven y otros que ni una cosa ni otra, pudiéndose conocer los más importantes expolios y procesos de reclamación hasta el momento a través del siguiente blog, que narra con detalle apasionantes historias al respecto:


Los mencionados Principios de Washington van dirigidos a los estados y sus museos, con la intención de repatriar las obras de arte a su lugar legítimo pero a su vez hay muy llamativos casos que afectan a personas físicas, hoy en su mayoría herederos de los titulares originales.

Entre dichos casos es de máximo interés el de Maria Altmann contra la República de Austria por seis pinturas de Gustav Klimt que habían pertenecido a su familia, entre ellas dos retratos de su tía encargados al artista, como El Retrato de Adele Bloch-Bauer I, de 1907:


Tras una larga lucha jurídica entre los herederos de Ferdinand Block-Bauer y el Museo de Austria, las autoridades vienesas adjudicaron la obra a la también heredera Maria Altmann, que luego puso la obra a la venta en Christies, convirtiéndonse en uno de los cuadros más costosos de la historia. 

De actualidad es y a ver cómo se resuelve el caso de Cornelius Gurlitt, que poco antes de su fallecimiento en mayo de 2014 legó su grandiosa colección de arte parcialmente expoliada a los judíos al Museo de Arte de Berna, quién no aceptó el legado antes del fallecimiento, ahora pudiendo entrar en juego los herederos.